Lazos fuertes e informales

Por José Manuel Payán del Río

Hola

En el último artículo hablamos de una de las primeras condiciones que debemos favorecer para crear un ecosistema innovador, el intercambio y la apertura, es decir crear red. Sin embargo estas redes suelen estar hechas de lazos débiles que no son suficientes. Hace falta transformarlos en lazos fuertes.  Sin duda ésta es una tarea principal de los individuos que deseen innovar pero no tiene por qué ser ejecutada en solitario, especialmente si la comunidad objetivo es pre-universitaria. Es necesario introducir desde el exterior perfiles con estas habilidades ya adquiridas. Llamémosles mentores por facilidad.

Una labor importante de estos roles es detectar la predisposición de los miembros de la red y fomentar la eclosión de la red, creando comunidad interior. Pero insisto, no hay que olvidar que el fortalecimiento de los lazos es una competencia primordial para los propios miembros de la red y, por tanto, la promoción de la innovación debe tener como objetivo el desarrollo de esta habilidad entre los miembros de la comunidad.

Y ¿cómo lograr que los individuos establezcan lazos fuertes? Sin duda una pieza fundamental son los espacios de encuentro. Estos espacios no tienen por qué ser físicos sino que pueden ser virtuales, pero en ambos casos deben ser informales. Cuanto más formales sean los lazos, organizados en el marco de una estructura jerárquica, menos fuertes son. Es más cuanto menos visibles más fuertes. Debemos aspirar a promover y no dirigir. Esto nos llevará en otra entrada al concepto de “caos controlado”.

Los más “geeks” recordarán el ejemplo de “Ubuntu” en el que podemos inspirarnos todos, “geeks” o no, que más allá de ser el nombre de una distribución de Linux, es una bella regla africana enfocada a la colaboración entre personas y la lealtad en las relaciones entre ellas.  Esta ética africana tan bien condesada en la famosa cita de Desmond Tutu nos puede ayudar a visualizar cómo deben conformarse estos espacios.

En mi opinión, si FabLab M aspira a ser  un centro en el que se produzca innovación tecnológica y social, su paradigma de espacio está más próximo a las características que podemos encontrar en los co-working spaces que a las virtudes de otros sistemas como las incubadoras. Debemos buscar incorporarnos a esa economía de contribución vía el desarrollo del individuo, el emprendedor conectado y consciente de su conexión que, a su vez, se apoya en la comunidad.

El roce es al cariño lo que la interacción es a la aparición  de ideas, cuanto más mejor. Aquí muestran su potencial los espacios virtuales por cuanto extienden las posibilidades de encuentro más allá de los espacios físicos,  multiplican la espontaneidad en el intercambio de ideas, abonan la iniciativa y eliminan algunas barreras que la desigualdad de agendas plantea en aquellas comunidades cuyo núcleo de actividad no es la innovación como en el caso de los jóvenes pre-universitarios. La apuesta por la construcción de estos espacios debe mostrar la misma fortaleza que se busca en el establecimiento de lazos y Fablab M no es ajeno a ello. Prueba de ello es la estrategia de espacio virtual multi-room que usan nuestros crafters.

La estrategia multi-room que desarrollamos busca ampliar el espacio colaborativo de una manera no lineal para crear comunidad. Se basa en los postulados:

  1. Concepto de realimentación entre espacios compartimentados pero no estancos, complementarios entre sí
  2. Multicontexto, donde el objeto puede adoptar múltiples formas (texto, imagen, sonido, código, moocs, etc.)
  3. autogobierno no jerarquizado desde la propia comunidad de crafters y que se canaliza desde el Media Lab de FABLAB M

En esta estrategia ocupan lugares especiales tanto la red social interna basada en Yammer como la video zona basada en Skype.